domingo, 21 de septiembre de 2008

CADUCAS

Video instalación Paco Peregrino Esculturas con hojas secas. ... arte experimental ...

PASAN

OTROS TRABAJOS DE PACO PEREGRINO

CAMPAMENTO DE VERANO CEAM ASTURIAS



VIDEO CLIP MUSICAL, CON: B.B. DAVID

MATERIAL FILMICO DOCUMENTAL

BUBAPEST 1956 MATERIAL DE CONSULTA PARA UN NUEVO TRABAJO.














UN TIEMPO SIN TIEMPO

UN TIEMPO SIN TIEMPO por Paco Peregrino

Una finísima línea, una película transparente, un abismo personal, una conciencia vacía, un orden impuesto,
un tiempo difícil, un futuro incierto, un déficit de ilusión, un lugar devastado, un globo de acuerdos,
unos tipos de interés, una subasta sangrienta, una prisa inherente, un barril de petróleo, un temido destino,
unos anuncios en plasma, unas mujeres llorando, un semáforo en ámbar, una cola en el supermercado,
una factura de luz, un sueño borroso, un mucho de nada, un programa basura, una previsión favorable,
una guerra en la tele, un grupo de investigación, una mirada de un niño, un viejo en la calle, un estudiante de arte,
una pasión contenida, una velocidad de vértigo, una familia durmiendo, un móvil de última generación,
un trayecto en el metro, un momento en el parque, una agencia de viajes, un mirar por la ventana,
una nube de homo, una mayor cobertura, una sensación extraña, un momento difícil, una lista de espera,
una página web, un tic tac silencioso, una rebajas de escándalo, una semana después, una esperanza de vida,
una enfermedad incurable, una última palabra, una exclusiva en la prensa, una exposición temporal, un pasado obsoleto, un devenir absurdo, una vida a la última, un gozo irreal, una pulsión colectiva, un placer de dioses,
un segundo a segundo, un recuerdo de infancia, un mensaje de texto, un eslogan perfecto, un tragaluz en el techo,
un puzle incompleto, una idea fugaz, una tarifa al minuto, un fantasma de plástico, un menú para llevar,
un glamur imponente, un medicamento infalible, un eterno disfrute, una piel más joven, una pensión vitalicia,
una fecundación in vitro, un hermano clonado, un billete de ida, un viaje en el tiempo, unos años más viejos,
un juego en el tiempo, una burla al destino, un temor a ser viejo, una mirada a lo interno,Una niña curiosa,
una verdad olvidada, una espera en la nada.

Paco Peregrino.

viernes, 19 de septiembre de 2008

REFLEJOS EN LA PANTALLA

REFLEJOS EN LA PANTELLA Por Paco Peregrino

Un ligero olor a podrido emana desde algún rincón de la oscura y lúgubre cocina. No me extraña, los platos sucios de la crema de lentejas que ayer mismo rebañaba del fondo
la cacerola grande, y ya vieja, que días antes las guisó, se amontonan sobre muchos otros que desde hace no poco tiempo reposan olvidados en el seno del fregadero y sus afueras.

En la esquina opuesta de la cocina, una pequeña y sucia tele asoma en parte desde debajo de un sin fin de papelajos desordenados y más bien polvorientos.

En la pantalla, tras una gruesa pero aún traslucida capa de grasa bien pegada, se puede entrever: Los maravillosos aconteceres del glamour más refinado; reyes, príncipes y princesas, se pasean en la más deslumbrantes y esbelta de las carrozas de caballos, ataviados estos con guirnaldas doradas y adornos en sus trenzadas crines, peinadas a la perfección.

Los actos honorables y las ortodoxas ceremonias, entusiasman a la no menos selecta afluencia de invitados, cuyas damas lucen las mejores galas, otorgadas por la última inspiración de los más grandes creadores de la alta costura. Y sus rostros, cuyo maquillaje y flamantes
joyas consiguen elevar al máximo exponente de perfección su radiante belleza, dejan entrever sus pulcras sonrisas que ofrecen con cordial moderación, dueñas de la compostura.

Tan altísimos destellos del más apabullante brillo del bienestar y el lujo, consiguen en parte, invadir la penumbrosa cocina, conformando una danza de suaves luces y sombras, que juegan coquetas con los austeros y polvorientos muebles sin puertas, que exhiben un simpático
espectáculo de colores, protagonizado por los cacharros de limpieza y algunos botes de lavavajillas casi vacíos que se esconden bajo el fregadero. De allí sale también el tintineoligerísimo y sugerente de una incesante gotera, que el sufrido fontanero no termina de conseguir arreglar.

En la mesa, un mendrugo de pan duro preside un sin fin de migajas dispersas por el descolorido y maltrecho mantel, que se antoja aún más austero reflejado en el televisor, casi como si de un fantasma se tratara, y que, a modo de intruso, comparte el espacio de la lujosísimas
mantelerías que muestra la pantalla cuando, en virtud del fiel protocolo, un disciplinado y preparadísimo comité de maestros de la nueva cocina y del servicio más ideal, dan paso por fin al espectacular banquete, que sin dejar de lado la retórica ceremonial de las formas y apariencias,
ofrece a los distinguidos comensales, un inimaginable surtido de exóticos y sugerentes majares, dignos del derroche más sublime y predecesores del desperdicio más exagerado, y que consigue cuando menos realzar el apetito de quienes observan desde el otro lado de la tele.

Una tele que, por cierto, con las insistentes interferencias y pequeños apagones que le dan cada vez más a menudo y que el golpecito en el lado izquierdo ya no consigue reanimar, acaba transmitiendo más nervios que placer y los sume en un estado de embobamiento profundo, propio de la hipnosis más irreversible y del éxtasis mental, que de otro modo se les ofrecería inalcanzable.

Es así como, en pleno regocijo de la vanidad ajena, el crecimiento de la suya propia, se ve de pronto truncada, por los estresantes, molestos e insistentes apagones,.

En el preciso momento en que entre las confusas líneas de la desesperante pantalla se vislumbra que la grandiosa ceremonia concluye, según lo previsto, terminada la suntuosa degustación de los suculentos manjares, que durante horas no dejaron de desfilar, bien elevados, en bandejas de la plata más fina, anhelo de los coleccionistas más avariciosos y que han sido llevadas con riguroso
mimo y esmero por elegantísimos profesionales del servicio, llega por fin uno de los momentos más esperados.

Se trata, como no, del baile, que por arte de magia o maleficio, consecuencia de los sutiles efectos de la negra etiqueta en alcohol, desinhibe sólo en parte, a aquellos incautos, que entre sonrisas y
exóticos cócteles vuelven sus ademanes más bien torpes muecas, con los que no consiguen siquiera disfrazar los monstruosos dominios de su persona entre los mesurados pasos de la contenida danza, que insinúa la aburrida melodía que interpreta la gran orquesta.

Así que mejor será apagar, y que los juegos de maravillosas luces los entregue una sencilla candela de cera que, poco a poco, se derrite sobre el cajón del poyete que nunca cierra bien del todo y se presenta cual bella escultura, ya que el silencio a veces se antoja en uso el tintineo de la gotera se convierte en música, en imágenes y fantásticos dibujos, el humo que de tu cigarro crece.
Y la importancia
Que este instante se merece
No la tiene el lujo
El baile ni el banquete

Paco Peregrino